Día Internacional de las trabajadoras y los trabajadores

En la sede del Prado Español, ubicado en lo que hoy es uno de los barrios exclusivos de Buenos Aires, se inició a las 3 de la tarde del 1° de mayo de 1890 y juntó a 2.000 personas, una concurrencia numerosa para la época para perpetuar la memoria de lo sucedido en Chicago, y sumándose a la decisión de la Segunda Internacional. Al día siguiente, los asistentes se enteraron de que habían perdido su jornal “por faltar al trabajo”. Desde entonces, todos los años se realizan actos y manifestaciones que conmemoran las luchas y los derechos conseguidos por todos los sectores trabajadores. Un poco de historia en la historia misma
La “revolución argentina” , una revolución sin consenso ciudadano, inaugurada por el general Juan Carlos Onganía prohibió la conmemoración del 1° de mayo con actos públicos. Pero al cumplirse el primer aniversario bajo su gobierno de facto, en momento en que el cardenal Antonio Caggiano celebraba en la Catedral metropolitana la Misa del Trabajador, fue interrumpido por un grupo de jóvenes capitaneados por Juan García Elorrio, quien intentó leer esta oración: «En este día doloroso no pueden expresar libremente las angustias de sus familias y sindicatos frente a la acción devastadora de un plan económico al servicio del capitalismo”
El mismo día, el obispo de Avellaneda Jerónimo Podestá afirmaba que la misión sacerdotal “no consiste tanto en hacer algunas obras para mitigar el mal, cuanto en denunciar la injusticia de una estructura social basada en algunos principios que poco tienen de evangélicos”.
Es que el 1° de mayo había dejado de ser la celebración de un grupo de rebeldes, para convertirse en una jornada de afirmación política, de lucha social, de reivindicación proletaria y también de homenaje silencioso. Ya no interesa mayormente la forma en que se lo conmemora, puesto que su perdurabilidad está asegurada.
EQUIPO DE CONDUCCION

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