17 de agosto de 2025

José de San Martín es una de las personalidades de la historia argentina que logró el reconocimiento indiscutido de todos los argentinos y argentinas. Fue una figura clave para la concreción y la consolidación de nuestra independencia política, contribuyendo de manera decisiva en los procesos independentistas de Chile y del Perú; por lo tanto, fue un hombre indispensable para la emancipación de los pueblos sudamericanos. Irónicamente al llegar a Buenos Aires se lo acusó de haberse convertido en un conspirador. Desalentado por las luchas internas entre unitarios y federales, decidió marcharse del país con su hija. En 1824 partió hacia Francia, tenía 45 años y era generalísimo del Perú, capitán general de la República de Chile y general de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Existe una leyenda urbana que sostiene que la Iglesia católica se habría opuesto a que se depositaran sus restos en la Catedral de Buenos Aires dada su condición de masón, que acarreaba, de suyo, la excomunión Según esta leyenda, solo tras largas negociaciones se habría alcanzado un acuerdo, en virtud del cual el féretro descansaría en una de las naves laterales de la catedral, e inclinado con la cabeza hacia abajo. Que ironía. La figura de San Martín ocupa un lugar central en la versión y construcción de la historia que ha circulado en las escuelas argentinas, a través de las cuales se ha conformado la identidad de muchos de los ciudadanos de este Estado Hispanoamericano. A San Martín se lo ha considerado el «Padre de la Patria», fundamentalmente a partir de la obra de Bartolomé Mitre, Historia de San Martín y de la emancipación americana, y de la de Ricardo Rojas, El santo de la espada. Por otro lado, y para reflexionar, historiadores como Rodolfo Terragno o Luis Alberto Romero sostienen que tenía un ideal americanista y no una identidad argentina, ya que no podía ser parte de algo que aún no existía.

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